martes, 31 de diciembre de 2013

Ahora que tus manos no sujetan las mías y tu boca se aleja de mis intenciones, el frío me va comiendo, me abraza dolorosamente desde dentro, me calla y me grita directo en los oídos por esta soledad que por más que fuerzo no desaparece. Tú aquí a mi lado, yo sintiéndote tan lejana, distancia que estúpidamente provoqué.

Jamás te regalé una flor, somos de la idea de no matar por una belleza efímera. ¿Qué clase de persona es la que marchita a otro ser? No quiero saber la respuesta, no quiero conocer mi adjetivo.

Las palabras no bastan, los hechos son lentos.
Tiempo, toda una vida por delante dicen, la muerte se siente en pequeños tragos y, a veces, en grandes bocanadas. Soy asesina, autodestructiva y venenosa.

Perdón.

lunes, 30 de diciembre de 2013

Cuando se acaban las palabras