sábado, 27 de marzo de 2010

lunes, 22 de marzo de 2010



Hoy me siento más estúpida que nunca. Debería ser fuerte y ofrecerte ser la base que ahora necesitas y en cambio no puedo parar de llorar.

No quiero imaginar mi vida sin ti, pero debo comenzar a hacerlo. No seré la carga que te evite dar el siguiente paso, supongo que no teníamos el mismo destino.

Siento que lentamente me jalan la piel y me arrancan por partes, sólo parando para poder sentir lo que pasa, ni siquiera me dejan evitar el dolor. Siento que mi garganta se enuda sola, como si desde dentro se atrofiara y ya ni siquiera puedo fingir estar bien sin que se quebrante la voz. 

Sólo puedo escribirte una fría despedida esperando que te la creas, te conviene hacerlo y te vas

Sabes que te amo, sé que me amas, pero no es suficiente para aguantar todo lo que viene... ¿lo es?


Ya no sé qué necesitas, ni siquiera sé yo qué necesito... si titubeas no te puedo asegurar seguir firme, ¿me voy? Lo haría lento para que me detengas. Hazlo.



 

Me da miedo decirlo porque se puede cumplir, pero necesito creermela. Que todo se vaya a la mierda.


No hay nada peor que la incertidumbre. En este caso, podría ser la certeza.
======================================
Por más que tiemble, no me sueltes.

jueves, 18 de marzo de 2010

Hoy sólo quisiera una cerveza y estar a tu lado, abrazarte de tal forma que separarnos no sea opción.

Y verte, sin decir una sola palabra, sin perturbar el silencio que envuelven nuestras miradas... es la única forma en que se comunican. Pero no estás, comienzo a pensar que el frío ya no es ambiental.


Aunque a veces tiemblo, no me sueltes.



Imagen 1. Descanso de domingo. Siluetas.
Imagen 2. Tu mensaje en mi parabrisas.
Imagen 3. Descanso de domingo. Nexo.

miércoles, 17 de marzo de 2010

La verdad es... 

Me siento extraña al comenzar con estas palabras. No puedo continuar sin cuestionarme el propósito, si tengo necesidad de decirla o siquiera si es que existe.

Pero ignoraré éstas dificultades filosóficas o pragmáticas, simplemente intentaré decir que la verdad PARA MÍ y para el mundo que conozco es que no existe absolutamente nada palpable que sea constante. Y pocas cuestiones abstractas podrían contar con esta cualidad, definiría solamente al tiempo en la categoría de la constancia (sin embargo, aquí eliminaría las categorías temporales existentes, ya que la duración de las horas, minutos, segundos o inclusive días se vuelven relativos a la sensación de quien los cuenta). Fuera de ahí, ninguna creación humana puede permanecer igual a como fue originada, ni en forma ni en función. Los recuerdos es el ejemplo más claro, son deformados de acuerdo a las necesidades imperantes en tal o cual momento por quien los guarda. Por ello aún me cuesta trabajo entender estas manías humanas por prometer amor eterno o años de compañía a otro semejante con las mismas características de inconstancia. 

Somos salvajes que dominamos un idioma (bueno, sólo conocemos de forma somera), salvajes que nos movemos con motivaciones más instintivas que intelictivas; los que se esfuerzan por mantener el estatus racional no tardan en caer en una neurosis (trastorno de personalidad, para que suene mejor ¿cierto neo-freudianos?). Somos salvajes dominados por animales más feroces con máscaras blancas, sonrisa brillante y discurso coherente. La coherencia se ha vuelto una meta desde que comprendimos que la única forma de adaptarse es creernos necesarios ante los demás.

Las personas tenemos una tendencia hacia la autodestrucción tan marcada que creamos objetos de autoengaño, con los que decimos que prosperamos pero sólo sirven para eliminarnos, bien sea a alguien más o a nosotros mismos. Del primero sería casi redundante hablar de las armas, del segundo existe una gama inmensa de dónde elegir, pero por cuestiones de espacio (y ganas) sólo mencionaré la tan alabada, difundida y utilizada cajita mágica, el medio más poderoso de control, la Televisión, que no sé si por odio a nosotros mismos o falta de interés, pero los ratings de audiencia más elevados se encuentran en los programas más inútiles, desinformativos ó en aquellos que sólo son un paleativo ante una vida llena de vacíos.

La humanidad, vista como organismo vivo (ya que se mueve como tal, con las mismas incongruencias que cualquier humano), se ha vuelto una masa tan egocéntrica que cerró los ojos ante su hábitat y ante el miedo a la inminente extinción, decidió dejar su huella de la forma más grotesca que se le ocurrió, robando la vida a todo lo que nos rodea. Exterminando especies, contaminando el agua, el aire, la tierra, dejando desperdicios que seguirán estorbando aún después que nosotros nos hayamos ido.

Ahora levantaría la cabeza y preguntaría al que ideó todo esto, ¿este era el plan?


¿Y todo este texto para qué? Simple, necesitaba una froma de deflectar un problema cotidiano, necesitaba urgentemente algo que me hiciera evitar sentir este vacío ante el darme cuenta que todo ha cambiado... y no había nada interesante en la T.V.