lunes, 24 de diciembre de 2012


A veces vivo esa impotencia que se convierte en ilusión. 

El no poder expresar con coherencia lo que siento o el no poder acomodar mis pensamientos para darles una línea lógica. Frustración.

Pero tú, que con sólo mirarme logras desenlazar estos nudos mentales y comprendes más allá de lo que hago el intento de decir.

Tú, en tu silencio, con tus respuestas corporales -tus pupilas dilatadas, la proximidad adecuada y la caricia puntual, tus mejillas sonrojadas y las sonrisas espontáneas- logras darme esa certeza de comprensión. 

Empatía o adivinación, lo que sea, es perfecto. 

Tú.. yo. Mezcla perfecta en un mundo revuelto y alborotado.

martes, 18 de diciembre de 2012


El orgullo es esa puta que jamás se siente pagada y sigue vendiéndose creyendo que se le valorará en la siguiente.

jueves, 13 de diciembre de 2012

Tal vez sembré en tu almohada mis ilusiones, tal vez tú cosechaste sueños y comimos, simultáneamente, anhelos.

De noche es tu imagen la que me habla. Igual, con voz tranquila, como si estuvieses aquí.

Es de noche cuando con más vida te siento, como si fueras un soneto alegre, de esos que al leer entre lágrimas provocan una sonrisa imperceptible o como aquella historia que recuerdas en medio de un momento sombrío y parece llenar la habitación de luz.

En la mañana quedan sólo sensaciones fugaces, un esbozo de aquél estímulo que fue tan vivaz y a la vez perecedero.

jueves, 29 de noviembre de 2012


No sé a qué edad es permitido sentir que han pasado los años sin hacer nada de ellos. Quizá me estoy adelantando, quizá soy clarividente.

Luego escucho charlas motivacionales, nunca faltan. Como si no supiera que yo tengo el poder, que puedo lograr lo que me proponga, porque nada es imposible si se desea con todas las fuerzas.

Esas pavadas cansan al oído y fatigan mentalmente, es que sí, ocasionan tantas respuestas instantáneas que el sólo hecho de querer priorizar con cual contestar cansa y molesta. Así que, a seguir la corriente, como el camarón.

Y que soy alérgica a los camarones, pero es una alergia selectiva, sólo de repente, cuando más se me antojan; mis labios reaccionan y se inflaman de forma sensual, quitando la comezón en el paladar, después de todo no es tan malo. Malo para el camarón que me comí.

Malo también dicen que es fumar, extraño vicio, un tanto inútil sí; pero de que se agarra, se agarra. Una vez que se empieza, no se agarra necesariamente, pero si se sigue sí se agarra. ¿Acaso no tiene lógica?

Se nota cuando estoy aburrida, porque escribo. Escribo cosas que cualquiera incluso deja de pensar por ser innecesarias y superfluas, pero gente aburrida, no deja deslizar sus pensamientos en un tren de incoherencias, esa es otra cosa que no entiendo de las personas, el miedo a parecer idiotas. Todos lo son, es otra cualidad del humano. No estaríamos donde estamos si no fuera por nuestra estupidez, de repente hay cosas rescatables en ella. No digo que en este texto, aquí lo más rescatable es el pasar el tiempo escribiendo, entonces sólo como creadora, no para el lector. O quizá para el lector, es la maravilla de la expresión, que no se sabe qué cosa podría funcionar.

Hablando de funcionar, me voy, que si no duermo no funciono; si no funciono me despiden, si me despiden pareceré idiota ante los demás y si parezco idiota, aquí ya no le encuentro la secuencia, aún así, prefiero estar recostada en la cama.

viernes, 23 de noviembre de 2012



Esperé por esas palabras durante noches completas, noches en las que la soledad me acariciaba la espalda con sus manos gélidas y afiladas.

Esperé mirando a una ventana que mostraba la oscuridad de la realidad, las nubes de una indiferencia generalizada por la sociedad. Miré tanto hacia afuera, para darme cuenta que nadie quería mirar hacia dentro de mí, quizá porque la oscuridad es aún mayor y más densa que la de la ventana.

Rasguñé tantos recuerdos mientras llegaba alguna experiencia nueva, mientras veía romperse una a una mis uñas y la sangre se convertía rápidamente (o quizá lentamente, no lo sé) en costras que desaparecían de nuevo ante el contacto constante del ayer.

Recordaba tus labios, morados y secos. Intentaban murmurar una despedida, pero no te atrevías a tomar el tren, tomabas mis manos y jugabas nerviosamente con mis dedos, estos que ahora están inmóviles y sarmentosos, pero no dabas ningún paso; como si para mí fuera fácil saber un adiós y posponerlo, como si fuera simple cortar de golpe tantos sueños y planes o fingir que no existió nuestra historia. 

Al darme cuenta que de ti sólo obtendría vaharadas vacías, tuve que pasar saliva por última vez por entre el nudo que se formó en mi garganta y, aunque raspara o sintiera que mi pecho explotaría al faltarme la respiración, giré y comencé a caminar, ¿cómo es que te escuchaba sollozar estando tan lejos de ti ya?  Mis piernas endurecían a cada paso, no podía dejarte ahí, pero era un deber; por aquella promesa que te hice en la que juré que haría todo lo que fuera mejor para ti, inútil pensar que de ti obtendría un apoyo, en ocasiones olvido tu tendencia al masoquismo.

Me alejé llena de ideas y a la vez con la esperanza de tu felicidad -la distancia a veces es curativa, alguna vez lo dijiste viendo al horizonte al contarme tu pasado; en esa época donde nuestras pláticas tenían un matiz cálido casi otoñal, tus labios rojos y tu mirada con un brillo que no volveré a ver. Tanto luchaste por un nuevo comienzo que no te diste cuenta que comenzaba un final inevitable.

Estas paredes opacas todavía tienen tu silueta, contornos rígidos de momentos fugaces. Desde aquel día todo sigue igual, aunque algunas capas de polvo y botellas vacías ocupan ahora tu espacio. Me lo preguntas en tu carta, si sigo igual que aquel día; no, ahora mis ojos enrojecidos y arrugados miran sin ver nada específico, mi voz es casi inaudible, pero cumple con su función; nombrarte. El frío cala más, mi piel tiene laceraciones y grietas que no alcanzaste a conocer. 

No, creo que ya no me acerco al boceto mal dibujado de lo que era cuando aún estaba contigo. Ni mi respiración es igual, no después de tantos suspiros que han ido a buscarte.

Y esperé tanto esas palabras, que aunque no las escuché de tu boca tenían tu entonación. Agradecer tu carta es inútil, jamás te enterarás de las vueltas que di en la casa leyendo y releyendo cada palabra, de las veces que caí sobre mis rodillas abrazando una sombra o cuando cantaba nuestras canciones tan peculiares. 
Por fin podré continuar, sé que ahora estás en tu vida. 

Por fin podré entregarme a la fría corriente de nuestros planes deshechos. Disolviéndome en la tiranía de un tiempo inexistente. 

Finalmente podemos decir -Adiós, te amaré.

jueves, 15 de noviembre de 2012



El vacío tiene tantas puertas, es una pena que la nada sea tan acogedora que no te permita abrir alguna.

jueves, 11 de octubre de 2012


No le digas al tiempo que alcanzarás, él ríe y se va, parece de paso lento, pero es parte de una ilusión, la de el presente eterno.

Créele a los ancianos cuando mencionan algún 'hubiera' y ponte en su piel, abrigo arrugado de recuerdos e inquietudes.

Mira al cielo y encuentra tu mirada de hace unos años, cuando aún te sorprendían las nubes, cuando su transitar era lento y glorioso, no como ahora que sólo son  indicadores de lluvia.

¿Dónde está ahora tu fantasía? ¿Tienes el mismo asombro?

No te la des de grandioso, la humildad embellece. Si no lo sabes, goza con lo nuevo; no finjas ni seas prejuicioso hacia lo desconocido, no categorices por una impresión.

¿Recuerdas cuando la vida era una aventura?
Nada era suficientemente riesgoso como para no intentarlo, el fuego no quemaba hasta tener tu mano ahí, las rocas no estaban tan alejadas hasta que dabas el salto; pero eso lo aprendiste justamente saltando, no paralizado en la orilla.

No te conviertas en lo que temías, no conviertas tus temores en guías, déjalos; pensarlos es crearlos.

Conviértete en el superhéroe que soñaste, conviértete en la mujer maravilla que viste para tu futuro en tu infancia. No importa tu edad, no hay límite o medida para ser y hacer, sólo aquí funciona la ilusión (el presente eterno), aprovecha su brevedad.

Evita llegar al momento en que el tiempo ría de ti y seas la anciana de hubiera.

jueves, 27 de septiembre de 2012



Y es en este silencio que todo se muestra con tal claridad, que tal vez eso mismo es lo que evita que pueda ver directamente hacia ahí.

martes, 26 de junio de 2012

Estoy segura que lo que se consume no es el tiempo.

viernes, 15 de junio de 2012

La verdad es que pienso en ti de muchas formas.

La forma más salvaje conlleva vidrios rotos alrededor y tu ternura de quitarlos.
La forma romántica contiene vino tinto y pétalos de rosa, junto a tus labios y tu piel, esa que suave me marca un camino de irreconocible satisfacción.

La verdad, pienso en ti cada momento que puedo pensar en algo a mi antojo. Eres por quien cruzaría caminos y por quien me detengo a respirar.

Eres eso por lo que continúo y continuaré porque hay mucho por lo que vivir.
Te amo.


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Mp

sábado, 5 de mayo de 2012

¿Dónde estás?
Es la pregunta que me asalta esta noche. El hastío de la monotonía se rompió al salir a respirar, el clima está fresco y la luna llena, en los noticiarios la anunciaron como la más grande del año, la verdad no lo sé, pero es hermosa. Quisiera compartirlo contigo, sin hablar, sólo admirar en silencio su pureza.

¿Cómo estás?
Sigo preguntándole al viento para ver si por casualidad te llega algún susurro, aunque no tengo muchas esperanzas, el bullicio de la ciudad hoy es demasiado con el concierto que se celebra a unas cuantas cuadras de aquí. ¿Pensarás en mí?

Añoro nuestras noches, esas que nos apropiamos y renombramos. Extraño no temerle al tiempo, porque tenía todo por delante, pero los años van cayendo directamente en mis hombros, pero sin temor te digo que quiero compartir su caída contigo.

Esta noche, por lo menos, se la dedico a tu recuerdo.

jueves, 26 de abril de 2012


 Calla, encontrarás respuestas en el silencio;
si no son las que querías, grita e irrumpe en la tranquilidad, 
el engaño a sí mismo es la tendencia natural.

martes, 17 de abril de 2012

El trabajo de la oruga TOC


Aquella creó su capullo con la esperanza de transformarse en una bella mariposa, con el ideal de dejar de ser parte de esos asquerosos insectos, los que se arrastran teniendo su cuerpo pegado al suelo y ven el cielo inalcanzable.  Todas esperaban ese momento con paciencia, nuestra protagonista se desesperaba.

Conviven diariamente, las 24 horas del día con los desechos de todos los animales, no pueden ser ellos mismos, guiados siempre por los mismos movimientos... hipnotizantes sí, pero los mismos al fin y al cabo.

Son presas fáciles, tal vez por su lentitud, por la poca capacidad de cambiar de dirección, la falta de espontaneidad con la que se manejan, sus rutinas bien establecidas.

Ruegan no ser vistos, piden pasar desapercibidos para no convertirse en el 05% de la alimentación diaria de algún ave. No hay muchas expectativas cuando te das cuenta de tu vulnerabilidad y cada segundo vives en riesgo de convertirte en una masa sin forma, bien sea al ser pisado por casi cualquier otro ser o por estar dentro de un sistema digestivo.

En fin, esta pequeña oruga no quiso seguir así -¿quién querría?- así que decidió comenzar a crear su capullo, esforzándose horas y horas, escondida en lo alto de una planta y por supuesto a la sombra de un conjunto de hojas estratégicamente acomodadas para que nadie interrumpiera su trabajo, trabajo arduo debo decir; aunque se esmeraba tenía un pequeño problema, sufría trastorno obsesivo compulsivo, ¿quién lo diría? ¿un insecto con algún trastorno de personalidad? Pues efectivamente, nuestra protagonista lo tenía. Tanto así que cambió la forma natural de crear su capullo, mientras el resto de la especie se envolvía con este, ella prefería hacerlo por aparte para poder examinarlo y posteriormente introducirse en el.

Así, pasados algunos minutos con un trabajo casi perfecto lo revisaba a fondo, evaluando de inicio a fin el avance que llevaba, si alguna ramita rayaba su creación la deshacía para comenzar de nuevo.

Tres veces estuvo a punto de terminarlo, medianamente satisfecha con su obra (jamás lo estaría del todo), pero como burla del destino alguna desafortunada coincidencia le evitaba introducirse; en una ocasión un distraido pájaro pasó lo suficientemente cerca como para que el viento -que provocó su aleteo- tirara el capullo.

En otro momento (un día y muchos reinicios después del incidente anterior) la oruga observaba en la quinta evaluación de ese momento como su posible hogar durante los próximos días iba perfecto, con sudor tenía planeado continuar su obra, cuando un grito despavorido llamó su atención haciendo que volteara rápidamente. No, no había ningún peligro cerca y la verdad es que ni siquiera se enteró de dónde provenía, lo único que pudo ver fue de nuevo su capullo magullado en el suelo al haberlo tirado por su movimiento involuntario. Si solía reprenderse por lo que no estaba en su control, entonces cuando cometía un error era incontable su frustración y autocrítica.

Mientras ella seguía en sus intentos, sus compañeras orugas generacionales, las que salieron del huevo al mismo tiempo, comenzaban sus capullos, los que terminaron puntualmente. Así, ella desesperada continuaba con sus intentos, y aunque se prometía que ya no sería tan rígida, no podía evitar escrudiñar de vez en tanto lo que llevaba.

Días e incontables intentos después cada vez más lentos y pesados, por fin en una ocasión estaba logrando su meta, el capullo más perfecto que había imaginado, una lágrima se acumulaba en cada uno de sus 6 ojos, no por eso descuidó su trabajo, al contrario, con mayor motivación daba los últimos toques para poder entrar y terminar desde dentro, era una sensación que nunca había sentido... plenitud.

No quería perder ese momento, disfrutando cada segundo, entrando lentamente a su capullo, el que seguía revisando a profundidad. Unos minutos después, lista para continuar su trabajo, sintió ese jalón y se dió cuenta, ahora sería el 05% de la dieta de un ave.

¿Moraleja?
No sólo el flojo trabaja doble.
La perfección no existe.
Existe un momento para todo, para iniciar y para terminar con proyectos adecuadamente.
La frustración es producto de la alta expectativa.

En realidad no habrá una moraleja total de la historia, simplemente es destino, coincidencia y la forma en que se reacciona a lo que pasa. Fin y ya.

jueves, 5 de abril de 2012

Cotidiano

Tenías esos jeans ajustados a tu silueta, portabas un morral mediano y tu blusa azul, esa que apenas acaricia tu piel y se ajusta al viento y a tu torso.

Caminando observé tu ritmo, pronunciado y sigiloso a la vez, cambiante y (al menos para mí) hipnotizante. Venías hacia mí, yo con sonrojo disimulado intente entablar alguna frase, notaste mi nerviosismo y reíste. Tu risa me mantuvo en mi estado irreal, en mi cúmulo de pensamientos inconexos que terminan solamente en ti, en momentos previos, en ti y en mí.

Hablamos, te escuchaba mirando pequeños incidentes de la vida diaria, algo externo, algo que no me hiciera perderme en tu mirada y perder el hilo de lo que decías con tu voz que armoniza perfectamente con la trama, dominas gestos y entonación y yo funjo como tu fiel admiradora, como la que suspira en silencio para no interrumpir el momento.

Comíamos nieve, la tuya comenzaba a derretirse y la mía se terminó rápido, sin aviso, pero sin prisa. Tus manos enfatizaban tus palabras, los movimientos de tu cuello, tu mirada esporádica a mis ojos o mi boca, tu forma de sentarte, la libertad que inspiras, la seguridad que obsequias sin siquiera intentarlo, todo y cada detalle de ti me mantenía en ese momento, el no querer perder detalle, ver todo, sentirlo, saberme a tu lado.

Y yo... yo ahí, escuchando, pensando, sabiéndome afortunada por estar ahí, contigo, por todos los momentos que tengo junto a ti. 

Un día cotidiano, tal vez, pero eso no le quita lo extraordinario.

martes, 3 de abril de 2012

Impotencia


Impotencia de decir, tener esas palabras acumuladas en la garganta y saber que si las dejo salir será solamente para crear un monólogo ilógico e incomprensible, incluso para mí.

La impotencia errante de darle forma a estos pensamientos que, al creer concluídos, me llevan solamente a callejones cerrados; imágenes inconclusas de ensayos diarios. No sé formularme, no sé conversar conmigo sin evadir lo realmente importante, ni siquiera puedo convencerme de que lo uso como mecanismo de defensa... ¡por favor! ¿Qué defiendo?

Y aún así cometo la osadía de querer hablar contigo, de pedirte que me entiendas, como si tú tuvieras el don de darle forma a mis ideas aformes.

Te pido que comprendas mi incapacidad de entender. Así tal vez podamos llevar un línea lógica, crear, quizá, una historia cómoda y más completa que mis propios pensamientos.


lunes, 2 de abril de 2012

Cansada de ser mierda.
A donde vaya la peste estará.

sábado, 31 de marzo de 2012

Y aquí, viendo como el reloj se mueve a su antojo o tal vez soy yo la que no lo deja avanzar. En este claustro autoinfligido.

Así pues, en este espacio externo protector y este interior que avasalla, que no me permite salir, veo y me cego para no hablar, no reír o llorar. Con una sonrisa desfasada.

Miro sin mirar, siento que debería sentir, sentir algo, tu piel quizá o las heridas que provocaste dentro. Pero ya no las siento, no es que estén cubiertas por años de soledad o que sean impenetrables, en realidad están a flor de piel, tal vez sólo secas, aunque a veces al mirarlas fluye de nuevo, de entre las costras, ese líquido del ayer que me recuerda lo que sentía, sin sentirlo.

Soy un caparazón del ayer, oxidado, renuente a los cambios y asqueada por permanecer.
Soy un ciego en un mundo de luces, que logra ver y olvida, olvida superficialmente al instante para llorar entre sombras por lo que no recuerda, saber que olvida es peor que sólo hacerlo.


Soy un hoy desterrado.

miércoles, 7 de marzo de 2012

¿Es lo que haces?

martes, 21 de febrero de 2012


Finge que es ayer. 
Imagina lo que sentiste antes.

lunes, 20 de febrero de 2012

Allá.

Sonríes y tus labios esbozan un sueño del que es difícil despertar.
Miras directamente a mis ojos, imperturbable, silenciosa y apasionadamente.
Nuestra respiración danza armoniosamente. Tu pulso se acelera, junto al mío. Bailamos.

Tus pupilas son hermosas en este momento, tu boca se limita a murmurar.
Mis oídos incendiándose ante los sonidos que emanas.
Mis manos no son frías más y junto a tu espalda van escribiendo una historia, sin puntos, sólo comas.

Viajamos y regresamos.

martes, 7 de febrero de 2012


Te invito a crear un mundo nuevo. 
Sólo sacúdete el pasado y sus cadenas,
yo ya he dejado atrás cada rastro que colgaba en mí.

lunes, 6 de febrero de 2012

Una -bendición-




Dios me sonrió, ¡vaya! a élle gusta el sarcasmo.
























Imagen: San Juan Bautista (Leonardo Da Vinci)

Si hay puertas, pasa.


Me satisface ver que hay puertas abiertas en tu mundo. Que nunca caminarás en soledad, no en esa que arde y va desmembrando a cada paso. No faltará quién seque tus lágrimas, las que tu mismo ego provoquen.

Que tus ojos sepan mirar siempre hacia delante; no importa que a veces unas personas sean simples puentes para descubrirte, al final es lo único que tienes; a ti misma y lo que sepas que eres. Cualidades y defectos.

Me alegra saber que no sientes esa inseguridad de caminar sin camino. Que no te duele el dolor de los puentes. Que hay más en tu vida que conformismo al pasado. Cuando miras al cielo, ves su belleza sin necesidad de compararle con algo terrenal, esas sí que son niñerías.

No sé si te importe una berenjena lo que pueda decir. A ciencia cierta yo me quité cada mérito que pude haber tenido, con sólo palabras y con intenciones. O tal vez ya no los tenía, pero ilusionarse es bueno.

Así que aquí estoy diciendo incoherencias a un público muerto, cantando en un escenario sin luces. Mirando a una barda, con la que me he estrellado incontables veces.

No, no te faltará calor, pues hay puertas que no permitiste que cerraran, las querías abiertas porque la incertidumbre cala. Y así es, buscando siempre encontrarás un sitio más acogedor, ¿lo encontraste? 

Es triste caminar con esa soledad que arde, la que desmiembra. Es frustrante no conocerte y ver erróneo lo que creías conocer. Es desgastante ver cada cosa y que te golpeen los recuerdos, de aquel ayer que no volverá, de las palabras que alguien dijo y se esfumaron. 

¿Es acaso que nadie nota cuando se va vaciando el mar? ¿Es que esa llama daba tanta luz que no me percaté que en realidad se estaba apagando? O sólo se alejó a alumbrar otro lugar.
Me satisface ver que en tu mundo hay puertas abiertas.

Nublando más



Cuando hay niebla ni aunque te alejes ves mejor. 
Arriesgarse y caminar a tientas no es opción.
Paralizarse no es opción.
Retroceso no es opción.
Hacerse a un lado. Tal vez.

Necesito ver pasar de nuevo tu silueta, aquella que guió mi camino antes.



viernes, 20 de enero de 2012

En boca cerrada

Que's que así no entran moscas.



O no salen.

jueves, 12 de enero de 2012



Si me suelto, vuelo. Sé que vuelo. 

Si me aferro envejeceré sin aprender, sin sentir viento o rocío. Sin ser.

Sin caer, no hay necesidad, sí deseo. 

No hay vacío que no se pueda llenar, pero sí vacíos que no se sacian. 

Hay en ti perfume, tuyo, único; que me prestas para regresarme a la vida, que me llena y me despeja a la vez. 

Hermosa ironía. 

Viajo lento, pero sé que he dado pasos. Respiro y me detengo a inhalar. Cierro los ojos, te siento, los abro y no te vas. Me vuelvo tuya, sabiendo que te percatas. Me suelto y me dejo ir, llevándome conmigo; siendo yo contigo.


Escucha. Identifica. Recuerda y acompáñame en este viaje, que sin duda comenzará.

martes, 3 de enero de 2012

Quiero ser esa hoja que acepta el rocío y lo embellece. Que muda observa. Que silenciosa se agita con la brisa, no se aferra.

Quiero ser esa hoja que cae del árbol sin temor al qué pasará, dejarme llevar un poco por ti, viento; dejarme llevar por ti, destino. Bailar sabiendo que caeré, bailar y permanecer por mí misma entre el árbol y el suelo.

Quiero dejarme arrastrar y perfumarte, a ti, viento.
















Imagen rescatada de: paraquemecomplico.blogspot.com

domingo, 1 de enero de 2012

Primera



Cuando sentí tu piel por primera vez fue una explosión. Un rompimiento total entre pasado y presente.
¿Tanto por un roce? ¿Tanto por tu calor? De seguro fue más que eso. No cualquiera lo experimenta.

Cuando me sonreíste por primera vez me parecía que todo era perfecto, todo en sincronía y en equilibrio. Era más que momento, más que cualquier medición del tiempo. Era (es) plenitud.

Tienes esa mirada que basta. Ni más qué decir.

No pienso en ti, sólo te siento pasando por mí como un dulce viento.