jueves, 13 de diciembre de 2012


De noche es tu imagen la que me habla. Igual, con voz tranquila, como si estuvieses aquí.

Es de noche cuando con más vida te siento, como si fueras un soneto alegre, de esos que al leer entre lágrimas provocan una sonrisa imperceptible o como aquella historia que recuerdas en medio de un momento sombrío y parece llenar la habitación de luz.

En la mañana quedan sólo sensaciones fugaces, un esbozo de aquél estímulo que fue tan vivaz y a la vez perecedero.

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