Me satisface ver que hay puertas abiertas en tu mundo. Que nunca caminarás en soledad, no en esa que arde y va desmembrando a cada paso. No faltará quién seque tus lágrimas, las que tu mismo ego provoquen.
Que tus ojos sepan mirar siempre hacia delante; no importa que a veces unas personas sean simples puentes para descubrirte, al final es lo único que tienes; a ti misma y lo que sepas que eres. Cualidades y defectos.
Me alegra saber que no sientes esa inseguridad de caminar sin camino. Que no te duele el dolor de los puentes. Que hay más en tu vida que conformismo al pasado. Cuando miras al cielo, ves su belleza sin necesidad de compararle con algo terrenal, esas sí que son niñerías.
No sé si te importe una berenjena lo que pueda decir. A ciencia cierta yo me quité cada mérito que pude haber tenido, con sólo palabras y con intenciones. O tal vez ya no los tenía, pero ilusionarse es bueno.
Así que aquí estoy diciendo incoherencias a un público muerto, cantando en un escenario sin luces. Mirando a una barda, con la que me he estrellado incontables veces.
No, no te faltará calor, pues hay puertas que no permitiste que cerraran, las querías abiertas porque la incertidumbre cala. Y así es, buscando siempre encontrarás un sitio más acogedor, ¿lo encontraste?
Es triste caminar con esa soledad que arde, la que desmiembra. Es frustrante no conocerte y ver erróneo lo que creías conocer. Es desgastante ver cada cosa y que te golpeen los recuerdos, de aquel ayer que no volverá, de las palabras que alguien dijo y se esfumaron.
¿Es acaso que nadie nota cuando se va vaciando el mar? ¿Es que esa llama daba tanta luz que no me percaté que en realidad se estaba apagando? O sólo se alejó a alumbrar otro lugar.
Me satisface ver que en tu mundo hay puertas abiertas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario