viernes, 14 de julio de 2017

Eres... siempre has sido.
Viniste quizá muy temprano, actuando como huracán que transformó todo, que derrumbó esquemas, pero no patrones y esos volvieron a construir mis desperfectos.
He entendido tanto, en tu ausencia he descubierto bajo los escombros tantos tesoros que había y ahora son tumbas.
De nada sirve ahora, la reflexión sólo ayuda a revivir los remordimientos. Lo único rescatable de esta tragicomedia es comprender que si ahora eres feliz entonces todo va bien, lo digo en serio; es tranquilizante verte bien, plena. Como no te vi a mi lado al final,  como no supe ayudar que estuvieras.
Después de ti seguí cometiendo errores que ahora me han hecho ver... no hay clavos, no hay más;  una vez amé y fue plenitud. Tengo eso, así seguiré:  sin paleativos,  ni curas efímeras, contigo en mente y aquellos años. No es amargura, no es conformismo, es entender que al haber sido felicidad cumplí con algo que ya no necesito llenar.
Gracias por tanto, gracias por todo.
Sé feliz. Yo lo seré con los recuerdos. 

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