miércoles, 22 de diciembre de 2010

Miré tus ojos. Tenían un dejo de decepción, jamás quise provocarlo, jamás quise desilusionarte.

Pensaba y pensaba más, eran unos pasos, pero no quería darlos, no me sentía capaz. Tal vez mostrarte todas mis facetas no sea de tu agrado, aún quedan pendientes, nadie las conoce y alguna vez prometí que nadie lo haría.

Tal vez es esa manía que todos tenemos por sentirnos especiales, únicos. Tal vez quería sentir que era lo justo para ti y no me di cuenta que no soy justo para nadie. No soy la luna de tus noches, ni el aire que respiras. No soy sino un manojo de experiencias que no me han dejado enseñanzas.

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