lunes, 28 de septiembre de 2009

Entre Conciencia y Subconciencia




Me gusta soñar. Y no, no lo digo en el tono dramático e infantil, lo digo sinceramente, me gusta soñar y experimentar a través de mi subconsciente mundos que en la palpable realidad no los encuentro.


Entre mis sueños más bizarros fue aquél al que controlé al saberlo sueño. Imagina tener el poder de hacer lo que se quiere, lo que a través de introyectos creemos imposibles. Volé, cambié el escenario en un parpadeo, observar detalles diminutos en cada personaje, le besé y le invité a volar, todo al darme cuenta mientras soñaba que era eso, que podía hacer lo que quisiera (entre ello comenzar el análisis onírico desde ahí mismo). Pero no, no tuvo un final feliz, pues un elemento se escapó de mi inconsciente para despejar cualquier control que tuviera.

La primera vez fue divertido, pero algunas noches seguidas sabiendo que estoy soñando le quita la magia, ya comenzaba a controlar todo y si no me movía no pasaba nada, algo como al estar despierta donde a base de decisiones voy formando mi historia. ¿Será acaso que mi inconsciente ya no me tiene nada nuevo? ¿Nada para hacer introspección?



Y quisiera decir que ya eres tema olvidado, pero ¿con qué pruebas puedo decirlo si cada mañana al despertar es tu nombre lo primero que murmuro? Lo digo al tiempo que exhalo, en ese preciso momento en el que aún se siente el sueño, pero ya se toca la realidad en el colchón. Y volteo por la inercia y el automaticismo de querer verte a lado, con la ilusión de que al menos esta mañana no sea la almohada. No, no eres tú de nuevo.

Somos un tema extraño ¿sabes? Una montaña rusa, un devenir de emociones, contradictorias y a la vez complementarias. De afuera nos han dicho nuestro "futuro infalible", lo comparto, pero ¿qué tan lejano será este futuro?

Si eres tan palpable cada que duermo, pero de nuevo invisible cuando mis ojos miran alrededor. Inconscientemente sabes lo que viene, actuamos sin pensar, pero vamos al mismo punto; sólo que estamos tomando rutas que no logramos entender. En mi conciencia ya eres un paradigma, que no puedo eliminar... y estoy segura que yo habito en tu subconciente, también indicándote ciertos patrones que no quisiera protagonizar. Dando tiempo a acomodar ideas, entre conciencia y subconciencia llegaremos a algo. Yo seguiré soñando, porque en verdad me gusta soñar, y más cuando estás tú. Y seguiremos con estas conductas que nos llevan a ese punto, que sólo el inconsciente sabe qué es.

Foto 1. Un intento de uso a ese escenario, Michoacán.
Foto 2. Edición rápida con el celular a una foto monótona

1 comentario:

Maduzita dijo...

Me gusta, toma cartas en el asunto!