sábado, 26 de junio de 2010

Reconciliación




Me recosté cansada ya de tanto gritar. Lo único que quería era perderme en el mundo de los sueños un rato. Es cierto que no soy lo que quiero y hoy lo acepté más que nunca cuando una lluvia de cristales vino a mí, por mí al golpear el espejo, no lo tenía planeado, pero no podía verme más... no con esa mirada enajenada, no con esa boca que ya no dice verdades, esa cara que ha engañado a todos menos a sí misma como quisiera. Ya no podía verme porque ni siquiera sé si soy yo.



Rompí el espejo, pero la maldición se multiplicó, surgieron miles de reflejos que me regresaban la mentira que soy. Y ya no podía luchar contra ellos, hace tanto tiempo que dejé de luchar contra mí... o tal vez no.



Intenté, cansada de llorar, cerrar los ojos y encontrar aunque sea una mueca de paz... pero el silencio se desborda por mis oídos, la oscuridad de mi habitación me cae de lleno... pesada, asfixiante. Intento dormir al tiempo que algunas lágrimas rebeldes siguen surcando mis mejillas. No sé evadirme más.



Quisiera sólo no pensar. Tomar uno de los cristales y dejarme salir a través del fluido vital, pasional, ¿todavía tendré sangre? ¿Cuándo me deshumanizaré de tal forma que me separe en cuerpo y alma de ésta asquerosa sociedad? Sólo como prueba, ni siquiera puedo pensar en dejar de ser, no terminaría el castigo ahí; tomando un pedazo de espejo en forma de V, le dejo recorrer por mi muñeca abriendo, horizontal... no es el plan consolidar el trato, solamente quiero asegurarme de seguir aquí. Fluye y me siento. Es un engaño todo aquí. 



<¡Duerme!> Me grito para hacer la orden real, parte de ignorarme incluye desajustes de sueño y en la alimentación, ¿qué quiero nutrir? Por más que pasa el tiempo no logro habituarme, aunque no creo querer regresar a la normalidad, es un lujo que he dejado de lado.



Mis mejillas ya secas, mi boca cerrada... tal vez es hora de...

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Despierto, pero me quedo ahí tendida. ¿A esto le llaman viaje astral? Yo le llamo despersonalización, pero, fuera de tecnicismos (odio no dejar de racionalizar) ¿esa soy yo?



Duermo. Mis puños se ven cerrados, con suspiros entrecortados, no soy más que una persona, con las mismas debilidades que cualquier otra. Dormida soy tan vulnerable como el Zar de Rusia o el indigente del puente. Casi puedo escucharme murmurar. Siempre me negué a ver que tenía tanto que decir, ya me había acostumbrado a tragarlo y ahora casi puedo ver el nudo en mi garganta. Es de cara triste, pero solamente en la confianza de su cuarto, fuera aparenta ser fuerte, no se deja quebrantar... eso lo aguanta hasta llegar a este punto donde la fragilidad invade sus facciones. Viéndome desde fuera entiendo que doy más de lo que pensé que alcanzaría... y aún no me conformo.



Es una mujer en su cama, en el desastre de su cuarto, en el desastre mental que intenta organizar entre sueños. Con exigencias que siempre creyó venían de fuera, ahora me doy cuenta, vienen de ella misma, la peor crítica a la que pudo enfrentarse.



Y yo observando, como público. Siempre desee verme desde fuera (con una intención inconsciente de tener más motivos para criticarme) y ahora, que siento tener el poder de quedarme aquí, deslindarme de la responsabilidad de vivir en ese cuerpo no me atrevo a dejarle sola. Es (soy) sólo una mujer, que entre cualidades se dedica a soñar, formular fantasías para compartirlas. No podría dejarle sola, es hora de regresar, es hora de fusionarme con mi visión y aprender a ser realista. Hora de estar y ser, completa.


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