viernes, 22 de abril de 2011

Déjame recordarte así, en este silencio; déjame convertirme en esa gota de sudor que pasea por tu piel sonrojada sin despegarse de ti, fundiéndose en tu abdomen.

Mira dentro de mí, no todo es vacío... tal vez encuentres aquel espejo que permita verte en mí como yo lo he hecho en tus ojos. Tal vez te descubras, quizá.
Mira profundo y encuentra tus recuerdos, transformalos a tu disposición, deja en mi piel más de ellos y en mi boca tu nombre, quiero llamarte cada noche, quiero sentirte cada día.


Déjame plantar un beso en tus labios con el cuidado que necesitan las mejores obras, veamoslo germinar, que crezca y nazca de él ese fruto que al mencionarse pierde su magia. Siente como evoluciona, siente como sigue siendo el mismo, como si el tiempo nos ofreciera otro ritmo.

Escucha dentro de ti, atiende a las palpitaciones... cambian, se aceleran, nuestra música de fondo son ellas, la mejor percusión que podríamos desear.
Escucha el viento que  se inmiscuye por la ventana, no es más que una señal de lo existente allá fuera. Escucha mi sangre, hace fiesta a tu tacto, aquí dentro.


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