sábado, 3 de septiembre de 2011

Un tiempo más



Mírame un rato más, sólo déjame sentir por medio de tus ojos cómo es que nuestra historia no se evapora, no como el río o como las lágrimas que ayer humedecieron el teclado. Déjame soñarlo un rato más antes de la verdad.

Acaricia mi mano y transmite ese calor que no tendrá el vacío cuando te vayas, déjame la sensación de tu suave piel un tiempo más, que entre sollozos sé que sería difícil siquiera imaginar un mundo sin ti. No me sueltes, no aún, que salir por esa puerta me parece indeseable e incluso temible, no me preparé para éste adiós.

Si lo deseas, en honor a todas aquellas tardes húmedas y noches jadeantes, regálame un último beso, uno que perdure por la eternidad, aquella que sentiré cuando tu sombra haya desaparecido completamente y el eco sea el único que me recuerde lo que fue.

No, no me sueltes aún, sé que la luna ya se ha levantado y que la oscuridad, aquí dentro, ya es perturbadora; pero aún no es tiempo de verte partir, me quedan unos cuantos sueños por contarte y algunas caricias que robarte, escucha más allá de lo que tus oídos te dejen y mírame, tan sólo mírame y siénteme por última vez.

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