jueves, 26 de noviembre de 2009

Viento


Te besé y toqué el cielo. No es suave -como parece desde la tierra- es firme y rugoso, pero no dejo de pasar mis manos por él, es una sensación ya conocida y mis dedos se habituan. Es como un sueño y al abrir los ojos tú sigues ahí, jamás dormí, pero tampoco he dejado de soñar.

¿Eres real?

Si el mundo se perdiera durante un par de horas sólo pediría esto, que estemos tú y yo en un rincón, con tu sonrisa de sueños y tu mirada con un dejo de paranoia. Mezcla encantadora.


Y rescatado del libro de clichés, quisiera decirte que sueño despierta si estoy contigo... que respiro ilusiones y expiro -te quieros- (sin querer, en ocasiones). No quiero mostrarte vulnerabilidad, pero no puedo evitarlo... Te doy lo que hay de este embrollo de persona que haces crecer con tu presencia...


Y siento en el viento de regreso que susurras a mi oído todas las palabras que la tarde bañó de alegría... Y siento que aún me sonríes, a lado, y acaricias mi mejilla... Si perdiera la vista, tu imagen es lo último que quiero ver y recordar.. por siempre. Por tí. Por mí. Por todas mis incoherencias.

Creo que ahora sí estoy enloqueciendo. ¿Qué miedo le tenía a la locura?

1 comentario:

C.G. dijo...

esta entrada me encantó... la prosa, la idea general, perfecta!!, tocó mi corazón y cada fribra de ella. Has dejado un espacio vacio entre el ser y mi inconciente que sólo lo suplirá el hecho de volver a leer tus redacciones.

... es un agrado leerte...

un saludo afectuoso.